Los Japoneses son reconocidos a nivel mundial por su cultura, tradiciones y orden. Hoy te platicamos de su efectiva forma de ahorrar: Kakeibo.
Esta semana los ojos del mundo se posaron sobre Japón por el "Hanami", que significa literalmente "ver florecer” y se trata del florecimiento masivo de los árboles de cerezo japoneses. Este evento genera las visitas de miles de turistas por su belleza, sin embargo, Japón tiene diversas características culturales y sabiduría milenaria que atraen la atención de muchas culturas y en particular de las occidentales. Uno de estos puntos es el Kakeibo: el arte japonés de ahorrar.
¿Qué es Kakeibo?
Kakeibo es básicamente la forma de decir en japonés “libro de las finanzas del hogar”. No es que esta técnica sea nueva, al contrario, fue inventada en 1904, pero es un concepto tan simple que vale la pena analizarlo.
Cómo surge Kakeibo
Este método fue desarrollado y publicado por primera vez en una revista para mujeres en 1904 por la periodista Motoko Hani. Ella quería ayudar a las mujeres a aprender cómo administrar las finanzas del hogar de mejor manera. También hablaba de la importancia de controlar correctamente el dinero para ser feliz y tener así prosperidad verdadera. De esta forma, Hani quería ayudar a las amas de casa a no perder el control de las finanzas del hogar. Ella tenía razón, porque como ya hemos mencionado en múltiples ocasiones, cuando nuestras finanzas se salen de control el nivel de estrés en nuestras vidas puede aumentar considerablemente, a veces al punto del colapso.
El posible origen de Kakeibo
Hay quienes dicen que la visión de una economía holística y con impacto en el bienestar que Hani manejó al desarrollar el Kakeibo, podría tener sus bases en los fundamentos de la economía budista. Ella detectó un problema, pero la solución, como suele ocurrir en la cultura japonesa, es realmente simple y minimalista. El método Kakeibo funciona tanto que los estadistas han encontrado que las familias japonesas son las que más ahorros tienen, en comparación con las familias de otros lugares del mundo. Se estima que su porcentaje de ahorros mensual llega a ser entre el 25% y el 30% de sus ingresos en la mayor parte de la población.
De acuerdo a la CONDUSEF, casi el 40% de la población económicamente activa en México no ahorra y muchos de quienes ahorran lo hacen en porcentajes muy inferiores a los que vemos en Japón.
Este libro, el Kakeibo, funciona como una especie de manual y diario que tiene como objetivo controlar las finanzas y además generar una buena capacidad de ahorro. Al principio de cada mes, te sientas y planeas exactamente cuánto dinero vas a gastar, cuánto vas a ahorrar y escribes qué es lo que necesitas hacer exactamente para cumplir ese plan.
Para comenzar a armar hoy mismo tu propio Kakeibo, debes comenzar por responderte estas 4 preguntas:
- ¿Cuánto dinero tienes?
- ¿Cuánto te gustaría guardar?
- ¿Cuánto estás gastando actualmente?
- ¿Cómo puedes mejorar tus hábitos financieros? (Ganar más, gastar menos y/o ahorrar más)
El siguiente paso consiste en dividir el dinero que planeas gastar en 4 categorías:
- Gastos básicos (alimentación, transporte, gastos médicos, renta, etc.)
- Gastos opcionales (comer fuera, ropa, diversión, compras diversas, etc.)
- Cultura/Aprendizaje (libros, música, películas, cursos, etc.)
- Gastos extra (gastos imprevistos como regalos, reparaciones, emergencias, etc.)
Consciencia, revisión, observación
Si verdaderamente desglosas a consciencia estos gastos, podrías obtener el monto exacto que planeas gastar en cada categoría y separarlos en diferentes sobres etiquetados individualmente.
A fin de mes, tomas de nuevo tu Kakeibo y revisas los gastos de dicho mes, analizando en qué tuviste éxito, qué falló y ver qué puedes hacer de diferente manera para el próximo mes.
Entre esos dos puntos de revisión, es importante que apuntes tus gastos semanales para que puedas analizar a detalle hacia dónde se va tu dinero y ocasionalmente reflexionar y escribir tus observaciones.
¿Y las Apps de Finanzas?
Sí, suena un poco como las Apps de administración financiera que posiblemente tienes en tu smartphone, pero los principales ingredientes para que tu Kakeibo funcione son honestidad y disciplina contigo mismo.
Se trata de ser consciente hacia tus finanzas, que es el principio básico del Kakeibo y sólo podrás conseguirlo si te comprometes a dedicar tiempo a anotar tus gastos. No existe un remedio mágico o atajo, más que ser consciente con tus finanzas.
¿Kakeibo es un método adecuado para mí?
Independientemente de si eres experto en manejar tus finanzas o si es un tema que te cuesta mucho trabajo, es conveniente que hagas este ejercicio de forma regular para comprender exactamente en qué usas tu dinero. El método de Kakeibo es una reflexión personal, una promesa que te haces a ti mismo, en donde te comprometes a utilizar tu dinero con consciencia.
Por qué funciona
La ventaja del método es que te puede formar el hábito de analizar a consciencia tus gastos. Si bien el método Kakeibo te facilita tomar conciencia de los gastos innecesarios o los que puedes reducir para ahorrar dinero, es importante que tengas claro que no ahorra por ti. Tienes que esforzarte, hacer un compromiso y cumplirlo. Puedes comenzar anotando y registrando tus gastos, para hacerte el hábito. Cuando ya estés acostumbrado a ahorrar y te parece que tus notas ya te han ayudado a comprender y ordenar tus finanzas personales, entonces continúa así pero incentívate a ahorrar. Ponte una meta y ¡alcánzala!
Una vez que hagas esto tendrás mucho más claro el panorama de tus finanzas del hogar, y podrás partir de ello para plantearte ahorros realistas y totalmente realizables.
Un truco extra
Hay apps y herramientas digitales para seguir este método. Sin embargo, nuestra recomendación es que lo hagas con papel y pluma. Sin utilizar tu celular ni hojas de Excel: eso te ayudará a hacer más tangible tu análisis financiero, harás más consciencia y es menos probable que te disperses en el intento.
Por último
Te recordamos que el ahorro debe de ser tu primer gasto. Es decir: reserva en cuanto recibas el dinero lo que tienes destinado a ahorrar. De lo contrario, es probable que caigas en la tentación de gastarlo.
