Ya hemos platicado que la etapa inicial de todo el proceso de planeación financiera es conocer mi situación actual: ¿cuál es mi punto de partida?

En esta etapa uno de los componentes más importantes es conocer nuestro flujo de efectivo:

  1. Ingresos
    Cuáles son mis ingresos, con qué frecuencia los recibo, son constantes o esporádicos

  2. Gastos
    Cómo distribuyo mis ingresos, de qué monto son mis necesidades básicas, cuánto destino a estilo de vida, cuánto destino al pago de mis deudas

  3. Ahorro
    La diferencia entre lo que ingreso y lo que gasto, ¿puedo ahorrar?, cuánto destino al ahorro para mi retiro y para mis objetivos de corto, mediano y largo plazo

 

Conocer este nivel de detalle es muy importante, pues de esta forma sabré identificar aquellos conceptos sobre los que puedo realizar optimizaciones y así, incrementar mi ahorro, uno de los motores de crecimiento de mi patrimonio que me acercará al cumplimiento de mis objetivos.

Cuando lleves registro de tus gastos asegúrate de clasificarlos bien, piensa cuáles de ellos son indispensables, cuáles son gustos que te otorgan felicidad y cuáles de ellos son prescindibles y que son los primeros que podrías optimizar.

Generalmente hemos visto que la parte del registro de gastos es donde las personas suelen perder control, pero también, muchos de nosotros no somos conscientes de nuestro nivel real de ingresos. Aquí también es muy importante que llevemos un control de las prestaciones que podemos recibir de nuestra empresa, porque al final tienen un valor monetario que, al no tenerlas, implicarían un gasto adicional para nosotros, por ejemplo el seguro médico que nos otorguen.

En Invested hemos definido un presupuesto ideal, una manera en que la que podrían estar distribuidos tus gastos que te permitirán llevar un control de tu día a día y te estarán acercando a tus metas futuras:

50% Necesidades básicas: Aquellos gastos indispensables del día a día, como la renta o hipoteca, pago de servicios, colegiatura, transporte, entre otros. Particularmente en la parte de vivienda recomendamos que este importe no supere el 30% de tus ingresos mensuales.

30% Deseos: Son aquellos gastos no indispensables, pero que representan algo importante para nosotros, también los llamamos como gastos de estilo de vida. Algunos ejemplos pueden ser las vacaciones, salidas, comidas en restaurantes y entretenimiento.

20% Ahorro: Esta es la cantidad recomendada que deberías destinar a tu ahorro de corto, mediano y largo plazo. Este será el motor de crecimiento de tu patrimonio y aquí debes considerar también el ahorro para el retiro.

 

¡Te invitamos a implementarlo en tu vida financiera y contarnos qué tal te funciona!

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